Para Dr. Pay, el trabajo de rebranding no fue una transformación total, sino una optimización de lo que ya existía.
Simplificamos el logotipo, ajustamos colores y pulimos algunos detalles visuales para que la identidad se sintiera más clara y moderna, sin perder lo que ya funcionaba. Fue un refresh pensado para acompañar el crecimiento de la marca, manteniendo su esencia pero con una imagen más afinada y lista para escalar.
El cambio fue sutil, pero hizo una gran diferencia. Ahora Dr. Pay se ve como una marca más segura, clara y mucho más alineada con lo que ofrece: una solución confiable y fácil para gestionar pagos. A veces no hace falta cambiar todo, solo saber qué mejorar y cómo hacerlo bien.